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lunes, 14 de septiembre de 2015

CRÍTICA: MR HOLMES

Desde que Arthur Conan Doyle lo creó en el siglo XIX, Sherlock Holmes ha sido fruto de revisitaciones más o menos fieles o "infieles" a su origen literario en la cultura popular. En lo audiovisual, tanto Basil Rathbone o Peter Cushing  en el cine y en televisión Jeremy Brett o Benedict Cumberbatch han dado su versión del detective de Baker Street. En teatro, no pocas veces se ha adaptado novelas como el perro del Baskerville al escenario o directamente se ha creado una nueva aventurera con el elemental investigador. Así mismo, en la propia literatura, otros autores tan dispares como John Gardner o Enrique Jardiel Poncela han recogido el testigo de forma apócrifa lanzada por el escritor de El mundo perdido.

Mitch Cullin es otro de esos autores y de su novela, Mr Holmes, se ha erguido esta revisitación del detective más famoso del mundo en el que se redefine el mito. Bill Condon es el director de un proyecto que da su propia visión del rol, para hacer una reflexión sobre ficción, realidad y el paso del tiempo.

Mr Holmes no es el film típico de Sherlock Holmes. No es un film de acción, ni tampoco de intriga, aunque tiene sus momentos. Es un drama sobre la vejez interpretado por un Holmes al final del camino. La acción central nos presenta a Sherlock retirado de Baker Street, sin Watson, que valga y que se dedica a cuidar abejas mientras su memoria y su capacidad intelectual empiezan a deteriorarse. A su vez, las dañadas facultades de Sherlock nos transportan a dos momentos del pasado. Uno es un atípico caso de infidelidad en su Londres natal. El otro, un viaje post-Hiroshima donde Holmes descubrirá los misterios de un Japón marcado por la tragedia.

Bill Condon dirige con mano de hierro las piezas de un rompecabezas con precisión. Lo hace con un ritmo pausado pero firme, manteniendo siempre el interés y con una imagen cuidada y elegante que ayuda a dar forma a una historia clásica, como las de siempre. Y con el espíritu fordiano corriendo por sus venas...

A su vez, Condon no está solo. Su film no sería lo mismo si no en el actor por el que se alza toda la propuesta: Ian Mckellen. El actor es completamente creíble como un Sherlock añejo, tanto en su senectud como su sensatez. Animal de teatro y cine, sir Ian Mckellen da una interpretación llena de matices y nos da el que sea probablemente el Holmes más humano que se recuerda. Además, el Gandalf de Peter Jackson se encuentra arropado de algunos grandes actores como Hiroyuki Sanada, Laura Linney o un joven y prometedor Milo Parker.

En definitiva, una joya para ver otra versión del detective. Como La vida privada de Billy Wilder, pero en otro registro diferente, reescribiendo con audacia el mito mientras que casi sin darte cuenta, Mckellen y compañía, te introducen en una historia tan universal, interesante o pertinente como la de este Mr Holmes.

NOTA: 8

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