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martes, 4 de marzo de 2014

CRÍTICA: 12 AÑOS DE ESCLAVITUD


En Hollywood hay una preocupante falta de ideas que se intentan empañar a través de tocar los temas de siempre de forma más extensa. Hasta los superhéroes parecen filósofos en un intento de aportar una nueva perspectiva a iconos tan populares como extintos por sobreutilización. Algunos cineastas con talento como Nolan han sabido darle a Batman una reformulación válida porque han acertado tanto en continente como en contenido y cohesionar ambas partes en un discurso. 
En 12 años, Solomon Northup no es un superhéroe pero a veces lo parece y da la sensación que la unidireccionalidad del discurso desvirtúa los personajes. Y eso es algo grave para un film que se jacta de explicar procedimentalmente la vida de un esclavo entre el documental y el análisis contemporáneo. Eso hace que los esfuerzos de Steve Mc queen para hacer SU película en su aspecto formal caigan en saco roto. De nada sirve si el guión es un panfleto alargado hasta la extenuación, teledirigido y pagado de sí mismo. La dirección técnica es importante pero no lo es todo. Porque el mosaico de imágenes oníricas que capta campos de algodón, sudor y lamentos en formas de blues esta tan bien conseguido como una puesta en escena donde hasta los objetos mas banales logran crear textura. Pero no funciona porque continuamente percibo dos peliculas en una.

Así pues, lo explicito en algunos momentos obedece más a un ejercicio de estilo que no a la naturaleza de los actos en sí. Y eso se traslada al reparto. Fassbender reproduce tics estereotipados de villano de opereta, Brad Pitt Y Cumberbatch les toca el rol de "buenos" encantados de conocerse y Chiwetel Ejiofor ejerce mártir de cliché. Paul Dano es el único que aprovecha sus escenas. 
Lo único que parece al final es que  asistimos al enésimo asalto al teatro Kodak con el plan de siempre pero con director británico de moda que usa su caligrafía para filmar un melodrama de sobremesa; que si firmara otro llenaríamos de prejuicios. Y es que las buenas películas han de serlo y no parecerlo. A mi esta cinta no me ha convencido y hay mucha gente que si lo ha hecho, cosa que respeto y esperemos que sirva para fomentar la neutralización del racismo, que aún existe en nuestra sociedad... Pero esa sensación de autocomplacencia que reina el film me parece tan descarado como molesto. Y aún más cuando Tarantino y sus "locuras" reflejaron con muchísima más verosimilitud la visión del esclavismo en Django.   

NOTA: 4,5


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